Narrativas de género, y de paso

domingo, 25 de julio de 2010

Anecdotario


Van dos veces que hago los arreglos para cruzar a Tongui.
Primero fue con una hembra llamada Luna, di con ella a través de unos amigos del barrio. Las dueñas eran dos mujeres que vivían en la misma casa donde habían montado el centro de estética. Llevé a Tongui para que se conocieran, estaba alzado, a ella la noté hostil, invadíamos su territorio, pero pasados los gruñidos iniciales, porque además le robó el hueso de goma, se hicieron compinches. Yo hice migas con las dueñas, algo mayores pero bien preservadas, una divorciada con hijos, la otra, la que delataba el vínculo, era soltera. Vivían juntas hacía siete años, y se jactaron tanto de la devoción que sentían por la perra que no les creí.
A la semana, cuando la novia dejó de perder, los juntamos de nuevo, esta vez en los bosques de Martelli. Qué bueno ser perro, pensé. Al grano, sin histeria, cortejo, malos entendidos, terceros o rechazo. Lástima que esa última verdad fue mentira. Luna rechazó a Tongui, lo vaciló, se dejó montar pero hasta ahí. Lo tarasconeó las más de treinta veces que intentó abotonarse. Peor que a un hombre, al menos las mujeres no muerden, algunas, otras te roen la psiquis.
Las dueñas se excusaron por el fracaso. No es culpa de ustedes, es culpa de Luna, bromeé de rencoroso, y hasta llamé a la veterinaria. Mi vet de confianza esgrimió razones de maduración, es muy cachorra, está jugando, y no sé qué más porque corté. Pero antes le regurgité que la perra tenía dos años y medio, un equivalente a veinte años humanos, sin contar la variable peso, unos veinticinco kilos, lo cual la acercaba a los treinta. Cuánto más tenía que madurar para darse cuenta que Tongui era lo mejor que le iba a pasar en su corta vida.
Superado el brote psicótico me despedí hoscamente, él, por el contrario, fue un dandy, la besó con lamidas en el hocico y le dijo adiós ladrando.
Al tiempo me enteré que las dueñas se habían separado, la divorciada se quedó con Luna y el centro de estética. La soltera se llevó el auto y la casa del Tigre, después compró un golden retriver, muchísimo menos agraciado que Tongui, e intentó cruzarlo con la hembra de su ex, la virginal Luna. También fracasó. Sabía que no había sido falta de mi semental.
La segunda vez fue con la perra del kiosquero. Raúl se enteró por el diarero que yo andaba buscándole novia. Me habló cuando fui a comprarle.
Paula tenía cinco años y estaba justa, tiene la vulva en posición, dijo sin reírse, ¿podés llevarlo mañana? ¡Claro! Y sentí una honda alegría por mi compadre. Cuando llegué a casa le conté todo, que tendría revancha, sobre lo linda que era Paula y otras sandeces, pero creo que entendió cualquiera, que le daría carne en vez de piedritas.
Nos juntamos en los bosques de Martelli. Paula, en efecto, era un bello ejemplar, delgada, atlética y una cara parecida a la de Tongui, salvo su femineidad.
Pensé que se la zamparía de un bocado, que se tomaría desquite por lo de Luna. ¿Qué te pasa che, no te gusta Paula? le dije delante de todos como para tocar su hombría. A Raúl se le ocurrió que quizás necesitara una mano. No, él sabía arreglarse, simplemente había cambiado de táctica, se hacía el difícil, flirteaba, pero pronto veríamos su furia desatada.
No vimos ni un tibio enojo, la olía, jugueteaba, corrían, orinaban felices y ya. ¡Agarralo! me ordenó Raúl, yo me encargo de Paula. Debería darte vergüenza, reté a mi can, pero no pareció importarle. Hicimos la maniobra, costó pero lo levanté, Raúl despejó el rabo de Paula. Sólo falta que lo hagamos por él. La tuya tampoco lo seduce demasiado, intercedí por mí amigo. ¿Nunca tuviste un mal día? Dejate de joder, ni siquiera sacó el lápiz labial. Con este ruido no se puede concentrar, alegué desesperado, pero era cierto, Tongui había olvidado la libido en casa.
Apéndice. Habrá que esperar seis meses hasta el próximo celo. Tendrá once años, unos setenta humanos, viejo es el viento y todavía sopla, le digo al oído. Tongui mira ausente y bosteza.

5 comentarios:

  1. desde siempre tuve perros, me encantan. Gracias x este anecdotario EFA!

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  2. ...Ellas tampoco se quedan esperando que el al dia siguiente llame, ni pensar que quiso decir cuando nos despedimos y ellos dicen "hablamos", cuando nos encontramos con un amigo suyo y no nos presenta...ja, todos lo pasamos no?
    Libido, dia con mas ganas que otros, vulva en posicion...??!!Pero agradezco que el unico proposito de ellos sea preservar la especie y no el nuestro.ja
    Que genial oir de Tongui amigo!

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  3. Luna se perdió lo mejor que le pudo pasar en su vida, de eso estamos seguros!
    Paula seguro era una perrita linda pero "copada", quisas tongui quiso tenerla de amiga... no entró en la categoría de "la madre de sus hijos"...
    y sus miradas ausentes y sus bostezos a tus comentarios demuestran que él tiene bien en claro q su hombría no depende d la edad!!

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  4. ya le pasé tu mensaje al amigo peludo, Tely. Dice estar de acuerdo, Luna era la jugada, pero a veces no se da.

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  5. Mi amiguito peludo está de acuerdo, porque seguramente Luna, hoy, debe estar arrepintiendose de su "Histeriqueo" y de perder el mejor ejempler que podría conseguir....
    (quisas, hasta formó familia con algun callejero que la engatuzó por ahí....)

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