Narrativas de género, y de paso

jueves, 7 de junio de 2012

Chicas Calendario (clímax)

Otra esmerada ilustración de la factoría
Un buen día toda esa panacea desapareció, su cuarteto de musas fue descolgado del área del taller y mudado a la oficina del dueño. Preguntó entre sus compañeros qué había pasado, algunos se hicieron los sotas, otros reían a sus espaldas. Dos de los más viejos sí hablaron. ¿Decinos vos qué pasó con las fotos? ¿Qué estuviste haciendo con las chicas? lo cascotearon con la guardia baja. En vez de retrucar o sacarse, eligió la mudez, más bien le salió así. Sin duda el dueño había abierto la boca.
Los días que vinieron fueron incómodos, los compañeros le hacían el vacío o lo gastaban a morir, sin intermedio. El hijo de mil merodeaba cerca de Felipe, era obvio que esperaba una reacción, algo, pero aunque las extrañaba más que a su mamá muerta, cuando se cruzó con el trompa esquivó su mirada, menos como indicativo de vergüenza que de desprecio.
Lo que Felipe hizo luego pudo parecer un acto de revancha, o de justicia callejera. Nada de eso, no toleraba la idea de irse para siempre sin verlas. Esa fue la guía de sus acciones, del recuerdo de ellas sacó el valor para entrar de noche al taller con la llave que había robado del cinto del supervisor, viejo lelo. Conocía tan bien el lugar que no necesitó encender la linterna. Esquivó la fosa, cinco pasos más, giró a la derecha y encontró la escalera, 22 escalones entre Felipe y la oficina. Tenía lista una barreta para descuajeringar la puerta pero no hizo falta. Encendió la luz.
Virginia, la colegiala, gritó desde atrás de un cuadro. Cómo me viste, preguntó Felipe mientras descolgaba el horrendo paisaje costero que escondía tremenda yegua. Te conozco los pasos, tonto. Isabel la madura, camuflada por un fichero, pegó unos alaridos de contenta. Ya va, la tranquilizó Felipe. Dónde están las otr… ¡Paf! ¡Paf! oyó que venía de la gaveta del escritorio.
María y Érica, las del cajón, le contaron que el dueño no era como él, lo único que hacía era mirarlas y meterse el dedo en el culo, así lograba excitarse. ¡No quiero saber más! las cortó… Vine a despedirme, dijo fúnebre.
Pasado el estupor inicial les habló sobre sus recientes vicisitudes y la decisión de irse. Hubo silencio y ojos tristes hasta que Isabel le pidió a Felipe que se retirase porque querían conversar. Pese a las quejas esperó en el pasillo.
Al regreso lo atacaron sin contemplación, Virginia le fue al pito, Isabel y María se entretuvieron con el cuello y las tetillas, y Érica trató de entrarle por el culo. Perdón, es la costumbre, sacó los dedos antes que Felipe la sopapeara.
Además de una orgía fue un acto de ensañamiento con el lugar. Dejó sus eyaculaciones sobre unos papeles del escritorio, el sillón chorreado después de reventarle el culo a Virginia, la alfombra de pelo largo con manchones y gotas, incluso el fichero, donde ejecutó una toma especial agarrado de los pezones de María.
Qué hablaron cuando estaba en el pasillo, curioseó Felipe. No podemos ir con vos ¿sabés? respondió Virginia arreglándose las trenzas pero todavía en concha. Silencio. Felipe alternó miradas interrogativas con sus chicas. Tomá, dijo Érica la mecánica al tiempo que sacaba algo del mameluco rotoso. Para que nos recuerdes, agregó Isabel.
Eran ellas pero en pequeño, cuatro almanaques de bolsillo, todos con poses distintas y disfraces nuevos. Es el mejor regalo, alcanzó a decir entre pucheros. Si prolongaba la despedida corría el riesgo de cogerlas de nuevo, y no había tiempo, o quizás sí había pero Felipe sintió la urgencia de irse. Se exprimió para que sus palabras finales quedaran indelebles.
Al mal paso darle prisa…Creo.
Las musas hablaron todas a la vez, algo de que lo querían, mezclado con palabras soeces, un ruego que casi lo convence de volver, y la promesa. El dueño iba a limpiar toda su leche con la lengua, era eso, o un puño dentro de su viejo culo roto.

Por la idea disparadora mi agradecimiento a tecontaretodo
Y a Carla por la continuidad de sus dibujos

28 comentarios:

  1. Todos queremos llegar al final de cuento de la manera más motivada y hasta en un estado de inconciencia, o sea “acabar” desarmados de placer, y este relato lo logró.
    Me fue llevando y como plus me hizo reír.

    Abrazo

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  2. Efa, has logrado a través del cuento, revelar las entrañas de una mítica e iconomanía, que es muy común y popular en los mecánicos: la adoración por los almanaques con muchachas bien dotadas corporalmente. Genial, meter al personaje en las chicas del calendario, y jugar a este peloteo del almanaque de manos del subordinado a la pared del jefe del taller. Me imagino, al jefe, en una de las bacanales con las chicas del calendario, llevado a sorber "las cabras" de su subordinado. Hay una película de Kurosawa, en que un hombre que esta viendo un cuadro en una exposición, se mete en el paisaje de la pintura...por qué no un mecánico en el calendario de uns chicas sexi. Un abrazo

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  3. jajajjajajajaj genial!!!!!estupendo!!!super original!!!!me encantóoooo!!el mecanico ligado" a sus almanaques y a sus chicas que le hacen convertír el sueño de tooodooo hombre ajjajajajajjajajaj en realidad!!!!!!!genial Efa!!!Milllllll besitos

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  4. las puertitas del señor mecánico...

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  5. Muy creativa, muy bien contada y muy bien ilustrada.
    Un gran abrazo

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  6. Ejem...gracias por la referencia...el agradecimiento es mutuo :)...Y el texto, como ya había dicho, sólo podía ser de tu autoría y de tu creatividad envidiable con las plumas...

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  7. No puedo dejar de reírme.
    Muy bueno!
    El dibuja se zarpa!!! Es genial!

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  8. ¡Qué buena segunda parte! y dicen que nunca fueron buenas... Aparte de morirme de risa, me quedo con una palabra: "musas". Buenas pibas resultaron ser, y están divinas en la ilustración.
    Una alegría, Efa :)

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  9. Que buen regalo que le dejaron sus musas :P
    y un enchastre para el otro.
    que ganas de leerte!

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  10. y ahora la segunda...Y me descubri riendo mientras leia tu historia que es tan buena que parece escrita por aquellos genios que todavia leemos.

    Un abrazo

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  11. Mira que a mí me ha recordado el final de la adolescencia...
    Me gusta mucho

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  12. a la pelota! todo eso te disparó el post de tecontaretodo??
    divertido y escatológico!!
    por cierto, muy buena la ilustración

    Besos!

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  13. Lo imaginé como la versión triple x de "La rosa púrpura del Cairo" jaaj.
    Divina la ilustración! Y hasta me imagino la cara del jefe al día siguiente, linda sorpresita se va a llevar. Besos! M.

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  14. que final...reprobable jajaja
    me sigue asombrando la naturalidad con la
    que hablás de estos asuntos.
    carina2012

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  15. aah un saludo a la dibujante.

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  16. Miedo me da que las chicas del calendario de mi hijo se salgan en las noches y se metan a su cama :(

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  17. jajajaji una OSADÍA.
    viejo ano roto jajaa

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  18. Un final a toda orquesta y como deberían de ser todas las despedidas.

    Saludos

    J.

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  19. Sobresaliente

    una seguidora silenciosa

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  20. y pensar que me hubiera pasado si hubiera tenido aún un calendario parecido a este, jjaja genial tu relato como siempre, rayas en lo original. Saludos

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  21. En Matinée me tomo un trago y veo la película.
    Felipe se las cobró bien cobradas.

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  22. Feliz cumpleaños...eso me dijo hotmail, espero estar en lo cierto! chin chin

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  23. Muy bueno efa, como siempre. Lográs que lo escatológico resulte de mi gusto. Para cuándo el libro de cuentos con ilustraciones de histeriet@? Muy buena esta dupla!
    Beso y que los cumplas feliz!

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  24. recordé la película desde el infierno, sólo que sin sus constantes muertas.
    Fascinante ya lo sabeis
    Besos infinitos

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  25. Leí los dos volúmenes juntos, muy bien en llamarlo
    clímax.
    Contado con naturalidad de escritor

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  26. Buenísima la vendetta de Felipe!
    Yo quiero que siempre vengues a los malos....Efa.

    Creo que estuviste de cumple, Felicidades! (me toca pronto).

    Besitos.

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  27. Impresionante resolución para una historia que arrancó de maravilla.
    Me hiciste acordar del taller del barrio, cuando yo era chica pasaba por la puerta de un taller cuando volvía del colegio que tenía un almanaque de mujeres tetonas ligeras de ropa, estaba gastado y sucio. Un día le pregunté a mi vieja que hacía colgado eso ahí si nadie lo miraba. Al día siguiente, no había más calendario. Lo que me pregunto ahora es cómo hacés para que cada historia tuya me lleve sistemáticamente a algún recuerdo.

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