Narrativas de género, y de paso

sábado, 27 de agosto de 2011

Limbo

El abuelo Floreal me dijo que no le creyera a la maestra de catecismo, después discutió con mamá y papá porque me obligaban a atender esa clase, y hasta pasó unos fines de semana sin venir a verme, pero terció la abuela Pilar y todo volvió a como era, ellos retomaron la visita del domingo y yo tomé la comunión a fin de año como habían previsto, luego vino la confirmación y todo el secundario en un colegio de curas, donde catequesis era disciplina obligatoria.
Tiempazo después de aquella disputa, un domingo de mates solos, me animé a interrogar a Floreal sobre sus dichos, pensé que nunca ibas a preguntar, contestó, en aquél entonces eras muy chico, no debí haberte mezclado. Hizo una pausa, pitó de la bombilla y maldijo porque alguien había mezclado azúcar en el agua, me convidó uno con la advertencia de que estaba dulce. ¿Sabías que antes de la abuela estuve casado? No, cómo iba a saberlo, dije impaciente. Se llamaba Alma, fue mi primera novia, desde los catorce a los dieciocho, después que conseguí trabajo de zapatero nos casamos, y cuando pensaba que nuestra felicidad era completa, murió. Imaginé que diría algo de ese tenor, pero actué sorpresa, qué pasó. La atropelló un tranvía, de lo más inusual, dicen que se tiró. ¿Se suicidó? Yo no les creí.
Justo en la parte buena aparecieron mamá y la abuela Pilar que venían de la confitería con facturas para el té, lo seguimos la próxima, clausuró el abuelo. No me obsesioné pero sí le dediqué unos ratos, a qué venía el cuento, o mejor, cómo se relacionaba la muerte de Alma con aquella disputa por la comunión y catecismo, además, por qué no creyó lo del suicidio. Estuve tentado en recurrir a papá o mamá, no, mejor papá, pero honré el pacto de silencio con Floreal. Para peor llovió a mares el domingo y suspendieron, otra semana de espera.
¿Lo sabe la abuela? Claro, contestó sobrando. Caminábamos hacia la feria, en realidad sabe lo justo, corrigió. Seguimos unas cuadras sin hablar, él miraba al piso, a mí me distrajo el recuerdo de la chica del puesto de artesanías, esperaba que estuviese donde siempre.
Lo del tranvía nunca lo tragué, estábamos enamorados, aseguró, como si el sentimiento anulara la posibilidad de matarse, me dio algo, entre pena y vergüenza, después fue toda vergüenza cuando esbozó la teoría de un amigo policía, quizás había sido obra de un adoquín sobresalido en la calle, un fatal tropiezo hasta las vías, sino no se entiende; a pesar que tuve ganas de decirle que era una explicación improbable me callé.
Paramos en el puesto de revistas, fiel a su corazón cachivachero compró el diario “segundamano”. ¿Qué tiene que ver lo de Alma con el catecismo y la pelea con papá y mamá? resumí lo mejor que pude. ¿Nos sentamos ahí? señaló un banco de plaza.
Nunca había estado más triste, ni siquiera cuando murió mamá, tu bisabuela. No te voy a contar las aberraciones que hice en ese tiempo; y todo por la locura de perderla. Me sonó a letra de tango. Hasta que una mañana vi algo…demencial, una carta de Alma… ¡una carta de Alma! ¿entendés? la había escrito en el espejo empañado del botiquín, mientras me bañaba…se quedó esperando una reacción. No te creo, es como cuando era chico y me contabas historias que te habían pasado, eran cuentos, argumenté. Ya no sos chico, por qué voy a inventarlo. ¿La viste a Alma? No, sólo la carta en el espejo, parecía sincero y molesto por mi desconfianza. ¿Qué decía? Que estaba demorada, la tenían cautiva en un pabellón junto a otros. ¿Muertos? irrumpí. Otras almas, aparentemente habían elegido mal, en vez de tomar la senda oscura habían tomado el camino de luz, ¿te das cuenta? es un engaño. No quise contestar con una negativa así que hice mutis, Floreal me escrutaba serio. La palabra exacta que escribió Alma fue “barracas”, ahí los tenían, viejos, jóvenes, bebés que no llegaron a nacer. Pssst, ahí no te creo, ¿Alma dijo lo de los bebés? Hizo un gesto de aprobación, no, eso lo agregué yo. El caso es que lo que aprendiste en la iglesia está mal, esconden o ignoran lo que sucede cuando se bifurca la senda, el cruce primordial, ¿ahora entendés la discusión? De qué tamaño era el espejo, cambié de tema, una carta bastante extensa para estar escrita con vapor en el botiquín, ¿es un cuento, no? insistí. No predije su reacción, descruzó las piernas, buscó el horizonte con la mirada y se fue, encima tampoco apareció la chica de las artesanías.
No se habló más, tuve ganas de contrastar con la abuela Pilar o preguntarle a papá sobre la verdad de aquella discusión, no sucedió, parte porque preferí cuidar el lazo con Floreal y el resto por miedo al ridículo.
Recién cuando se puso muy viejo retomó la historia, me preguntó si recordaba a Alma. Claro, por qué. Nunca te conté el final, querés saberlo. Asentí. No tiene final, al menos no en esta vida, la carta en el espejo fue menos un grito de rescate que una advertencia, al fin todo se reduce a una elección, ahí no cuenta si hiciste las paz con dios antes de morir, qué camino vas a tomar. Qué camino vas a tomar, repetí medio idiota. Después él rió y seguimos con el mate en silencio.
Durante el velatorio de Floreal la abuela Pilar me dijo que había dejado un sobre para mí, son papeles, mató la sorpresa, ¿lo abriste? con un dejo de reproche. No, categórica, la vista fija en la cruz de madera frente a nosotros. ¿Qué dirá?
Me importa un pito, era un picaflor y un mentiroso.

28 comentarios:

  1. Las mentiras están para contarlas. Los abuelos siempre adornan sus vivencias con alguna. Es la magia de los nietos... les enloquece. Pero hay mentiras y mentiras...

    Un saludo.

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  2. Esta muy buena la historia,
    porque va más allá del misterio que propone, no importa tanto la resolución del conflicto sino lo que ese conflicto provoca en los demás personajes,
    las miradas que uno construye del Otro.

    Buenísimo, Abrazo Esteban.

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  3. todas las personas mentimos, ya es cosa casi natural, lo malo es cuando uno mismo comienza a mintirse a sí, es completamente una muerte interna.

    Me encanto la lectura

    saludos

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  4. Muy buena la historia. También me llamo Alma pero nada que ver con la historia de tu abuelo jeje. Me gustó mucho. Un abrazo.

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  5. Una historia que comienza de niño y sigue hasta la adultez del
    personaje cuando descubre que no es como se lo contaron, gran reflexión de vida
    Carina4ever

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  6. cebame un mate efa,yes
    Siempre copado pasar por acá.
    admiro a la gente que sabe construir historias, narrar.
    beso

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  7. Me recordó a las historias de mi abuelo linyera, era un vago declarado pero contaba los mejores cuentos. Realmente ha sido un excelente recuerdo, Gracias!

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  8. Bonito relato, me ha encantado.

    Besos.

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  9. Efa, me quito el sombrero con tu historia y me encantó como la contaste.

    Los abuelos son sabios y cada uno se hace la vida más fácil como puede.

    Te dejo mis labios marcados en el vaho del espejo.

    Nuda

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  10. "El tamaño del espejo"... Quizá ahí estaba la cuestión, y los papeles que quedaron y no, pero sí, se leyeron o acaso no estaban escritos y no eran más que una visión emborronada en el vaho del pasado, en un espejo que no quiso contar toda la historia.
    Siempre me sorprenden los finales de tus historias. Es como si yo aún esperase más, cuando descubro que el punto final está donde debe estar.
    Saludos.

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  11. A mí tampoco me hubiera importado saber qué decía la carta. Los muertos muertos están.. y que se queden bien quietitos.

    Saludo

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  12. historias qu eduran lo que una vida.
    todos guardamos alguna que otra para cerrar al final.
    o no.

    salú!
    y buena vida...
    f

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  13. Me gusta el hilo de misterio que contienen tus historias.
    Esta concretamente el misterio radica precisamente en la historia inconclusa, en la ocultación, la mentira que inunda a los personajes de dudas, de suspicacias. Me gusta como va imprengando a todos los personajes...

    Tienes arte.

    Un saludo.

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  14. Las historias están para ser contadas...exageradas...decoradas con el tiempo...

    (M)

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  15. La incertidumbre de querer creer pero hacerlo a medias.

    Grande efa, grande.

    un besete! :)

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  16. Pienso que acertaste en la mixación de géneros. Hace poco leía pornografía literaria y ahora nos evocaste la niñez, te felicito!

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  17. Hermosa historia.
    ¿Por qué no creer al abuelo y su memoria? ¿Acaso no es posible otra versión de la irrealidad?
    Ya que sólo somos testigos de este plano del mundo, démosle color a lo que hay más allá.

    Abrazo!

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  18. Tu espléndido relato viaja entre dos mundos, entre ese lugar inventado por el catolicismo para intentar dar respuesta a lo que no la tiene, y ese "realismo mágico" que recuerda entrañables narraciones hispanoamericanas.

    Categorizar los caminos después de la muerte es un craso error, o quizás el mejor invento de la historia para lograr la sumisión a través del miedo. Y creo que el abuelo Floreal lo sabía, por ello, quizás sus mentiras solo fueran esas grandes verdades reflejadas en ese espejo empañado.

    Te felicito por tan entrañable relato y por tu magnífica capacidad narradora.
    Muy bueno, EFA.

    Un abrazo.

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  19. Excelente historia y muy bien escrita. Felicitaciones.

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  20. Dos versiones de una misma persona, la historia es la tercera versión de Floreal, el escritor es la cuarta, y los lectores lo hacemos infinito.
    Abrazo!

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  21. y tienen el descaro de llamarlas mentiras "piadosas"...

    En fin, buen texto, me gustó cómo se describe la relación nieto-abuelo.

    Saludos

    J.

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  22. Desde que vine por acá me ha gustado el estilo de tus relatos, la combinación de narración y diálogos le da un ritmo distinto, y en este cuento de la infancia se nota.

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  23. Cada vez que te leo tengo una especie de orgasmo narrativo

    y esta re piola!

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  24. Un aplauso para el matador.
    El último renglón es impresionante, vuelve a significar toda la historia.

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  25. Hola Sandra, me quedé con un comentario que hiciste unos post atrás...
    Descuidá, Matinée seguirá siendo una aldea comunista, la entrada es gratis, la salida, vemos.
    (Pero siempre de libre acceso y sin publicidad)
    Gracias por venir,
    Salud!

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  26. Maravillosa historia, mucho mas que una simple anécdota familiar.
    Qué camino tomaré mmmm

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  27. Ah, me encantó el cuento sobre el insecto.
    Yo también quiero respuesta personal :-P

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  28. A ver cuándo pasas a conocer a mi niña. Besoss
    Mariela

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