Narrativas de género, y de paso

sábado, 1 de enero de 2011

Las Martellianas I

Abrió el cajón de la ropa interior, el último calzoncillo, ayer se había quedado sin medias, ojeó impávido la pila de ropa sucia, se calzó la remera sin mangas, el pantalón azul y enfiló a la cocina. Mate y pan viejo con mermelada. A las once se echó de nuevo en la cama, debía bañarse, la seborrea capilar le daba un picor feroz, eso y el hedor en cierne. Recién al mediodía se duchó con agua fría y cortó las uñas de los pies, pocas cosas le daban más tedio que acicalarse, las dejó regadas por el piso.
El gato que le habían obsequiado para un cumpleaños ahora malvivía en el balcón, lo había desterrado de puro aburrimiento y maldad, confinado hasta que decidiera quitarse la vida. Excretaba en una maceta gigante infesta de moscas que volaban hasta el sexto piso seducidas por el aroma. Ocasionalmente mordisqueaba algún bicho o cazaba palomas que se posaban en la baranda.
Desde que la doméstica había renunciado nadie limpiaba la covacha. Siempre y cuando no hubiese alimañas estaba bien, o si había que no superasen las escala de cucarachas. Miró en rededor, una inmundicia hubiese opinado su madre, pero él no era su progenitora, ni su padre, ni sus hermanas que hacía tiempazo lo habían excluido del círculo familiar.
Sonó el timbre, de seguro oiría la aflautada voz del encargado recordándole que adeudaba dos meses de expensas, no se mosqueó, andaba abstraído con un grillo preso de la red de su amiga araña, la del rincón junto al mueble, al menos ella tenía alimento.
De la parva de platos apiñados en la bacha sólo lavó lo necesario para comer, la olla. Calentó agua, echó cuatro salchichas y cuando estuvieron listas las hizo panchos de pan viejo. Y ese festín acompañado de té frío, costumbre heredada de una novia saudita, no cualquier infusión, de floripondio.
Se le antojó que su mascota no arañaba el ventanal pidiendo atención, sino que pintaba sobre el lienzo del vidrio, de hecho reconoció un cielo estrellado y una campiña.
Se quedó sin luz, recordó el timbre que no atendió, tal vez no había sido el encargado sino los de la compañía eléctrica avisando el corte. No se recriminó por la dejadez, salió al balcón, pateó al gato de su camino, esquivó sus desechos y gritó. No gritó porque lo había olvidado. En eso avizoró una puerta en el cielo hecha de nubes, pero cuando se disponía a abrirla, el gato lo devolvió mordiéndole el tobillo, alevoso, porque se quedó prendido hasta que lo golpeó con puño cerrado. ¡¡No debería pasar esto, yo te quería, se suponía que fuésemos hermanos, tu y yo, Tommy!! parodió la célebre escena de Rocky V mientras su otrora mascota danzaba grogui entre las piernas.
Rajó al baño a desinfectarse, temía emular el personaje de Trainspotting que moría de toxoplasmosis por culpa de una cría de gato. Se las ingenió con alcohol fino y algodón que se había vuelto beige. Tal vez ya lo tenía en la sangre. Se imaginó astillando el espejo del botiquín y con el pedazo más filoso degollando a la bestia, registró la idea en una nota mental.
Cenó bizcochos con mate a la luz de las únicas dos velas que tenía, una en la cocina y la otra en el living sobre la mesa ratona, entre la yerba y las migas del plato.
Tuvo un sueño orgiástico, pero más fantástico que las ocho nereidas, coloradas, blondas, morenas, y una de cráneo rasurado que la chupaba con tanta maestría que veía bella su calva. Más que la secuencia fue descubrir que crecían ramificaciones de su pito, retoñaban nuevos pitos, tantos como féminas por batallar. Lástima que justo antes de que las ocho acabasen bien guarras, abrió los ojos.
Fue una alerta olfativa, algo estaba en llamas, en el living encontró el ventanal roto y la alfombra regada de vidrios, demasiado para la fuerza del gato ¿y el gato? no lo vio. Y en la cocina ardía el origen, la cortina, tanto que el fuego caminaba el techo. Sintió lenguas del Averno derritiéndolo, y sus pies inútiles para fugarse, se le prendió el pelo y la piel se ampolló, pero no gritó, sentó las nalgas, cruzó las piernas y dijo, creo que me acostumbraré, sin risas de fondo.
Faltaría a la verdad si dijera que la mascota quería salvarlo, más bien matarlo, pero no calculó que su mordida al cuello lo quitaría del trance.
Sedó a la bestia de un trompazo y la usó de escudo contra el calor y la humareda, en poco se propagaría, pensó mientras parapetaba la salida del fuego con la mesa del living, las sillas y hasta la tele con tal de contenerlo en la cocina.
Somos nosotros, le dijo teatralmente al felino mientras lo arrastraba medio chamuscado hacia el balcón. Lo que hacemos en vida resuena en la eternidad, parafraseó la arenga de Gladiator; y sin más aspaviento saltaron abrazados al vacío. Menos por suicidio que escapando del incendio, él pensó que podía amortiguar la caída con el gato.

34 comentarios:

  1. cuanta maldad efa! jajaja
    Excelente inicio de año, brindo por los exitos

    ResponderEliminar
  2. una infusión para sanar los males del alma, otra para volver.
    Brindo por esta saga

    ResponderEliminar
  3. Yo también odio a los gatos pero no soy tan sucio.
    Tal vez si.

    ResponderEliminar
  4. Pobre animal!

    Adoro los gatos....no soy tan sucia...pero confieso que cualquier día tengo que ir a la oficina con la parte de abajo de un bikini...jajajaja!

    Feliz año!

    Un abrazo,

    Nuda

    ResponderEliminar
  5. escuche, efa, usté tiene ese talento de producir la sensación de que algo me atenaza el esternón.
    y hoy me mandé un viaje como de tres entradas, imaginesé.

    nunca le hubiera pasado eso con un perro, le digo. los gatos acompañan mejor la locura, vea.

    buenaventura y buenas aventuras, chico.

    ResponderEliminar
  6. Una terrible mirada al espanto, a ese al que a veces podemos acomodarnos, tan silenciosamente.

    Excelente, me hiciste temer a lo que somos capaces de ser.

    (Y mientras tanto el Existir se desvanece...)

    Una obra maestra.

    Te beso.

    ResponderEliminar
  7. Pero ... cómo ... ¿el gato no le enseñó a caer parado?

    Para que carajo tendrá uno mascotas, mecahendié.

    Mejor me tomo otro tecito de floripondio.

    ResponderEliminar
  8. Me mataron las citas cinéfilas y la oscuridad del personaje!
    Excelente año

    ResponderEliminar
  9. No me gustan para nada los gatos, pero veo que tu protagonista los quería menos que yo!

    Me matan tus personajes tan siniestros y oscuros, en el fondo, muy en el fondo, me recuerdan a muchos conocidos mios! jajaja

    Te mando un besazo, efa, y que tengas un excelente 2011!!!

    ResponderEliminar
  10. Jajajajajajajajaja

    Es buenísimo tu relato. Vamos que me has enganchado desde el tercer renglón y ya no podía parar. Y eso... es bueno.

    La verdad es que a mi no me gustan los gatos así que creo que yo hubiera hecho lo mismo jajajajajajajajajaja.

    Un besazo y feliz añoooo.

    http://laescritoradeloscuentosdelalunaoscura.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  11. Me ha encantado y debo reconocer que la ropa sucia también se amontona en mi casa, así que después de este comentario correré a poner una lavadora.

    Pobre gato, estoy segura que si le hubiésemos preguntado antes del accidente, el mismo hubiese contestado que como salvavidas no valía.

    Un beso, ahora mismo me pongo a leer mas relatos :)

    ResponderEliminar
  12. Jajaja, pobre gato!!

    Un abrazo (y buen año)

    ResponderEliminar
  13. Como nos podemos acostumbrar a la locura la oscuridad .Como el ser humano es capaz de degradarse y conformarse .Mata como lo describis con personajes de tamaña oscuridad .Muy bueno como siempre Efa .Che se reiteran los sueños orgiasticos en varios relatos jajaja .Personajes dañinos negados de esperanza .
    Un abrazo grande Efa .
    Enrique

    ResponderEliminar
  14. Espero q la sociedad protectora de animales no se tome a mal las Martellianas, qué vendra después, ¿la venganza de los canarios? jajaja
    Espero la continuación Sr
    Besos

    ResponderEliminar
  15. Exquisito! De verdad me hiciste detestar al tipo, difícil no dejarse llevar por tus relatos.

    Sigue así que no me canso de leeros :)

    ResponderEliminar
  16. Me generó demasiado disgusto el personaje... disgusto no habilitado en mis vacaciones pampeanas...
    Pobre gato... triste criatura con la mala suerte de caer en manos de la otra criatura, más patética que triste.

    ResponderEliminar
  17. la idea, creo, es q despierte ese asco, poca cercania con el personaje, rechazo. Y el gato...palabras mayores

    ResponderEliminar
  18. me lo tomé como algo de la especie

    ResponderEliminar
  19. Siempre tus cuentos guardan una esencia tuya, no se si porque te conozco o porqué será pero en tus relatos suele existir alguna frase o pensamiento que si me hicieran leer el texto y no me dijeran de quien es, adivinaría que es tuyo.
    Saludos, Marinita.

    ResponderEliminar
  20. me encantó, el drama se fue a la mierda en el final. magistral relato Efa, lo de las uñas desperdigadas me dio asquito y como conseguiste meterme en el relato, te digo, vi mi mano pegando un empujoncito.

    una pena el gato, che, lo deberías haber salvado.

    feliz año!

    ResponderEliminar
  21. Vivir solo con gatos tiene eso, cierto dejarse estar ...falta una mujer allí...

    Sophie

    ResponderEliminar
  22. ..hoy me decido a dejarle un comentario, no en solidaridad con su ropa interior sino para desearle un buen 2011.

    saludos.

    ResponderEliminar
  23. La verdad que me encantó.. me quede leyendo cada linea, cada parrafo trantando de ver que onda la historia, para donde viraba..
    Ami siempre me llamó la antención la gente asi, tan solitaria, tan dejada, que se deja estar y que deja que el tiempo lo pase por encima..

    Nada.. eso, que me encantó la historia.. se me dibujo la escena al compás de las palabras.-

    Un saludo pa' ti, que andés genial :)

    ResponderEliminar
  24. que buen relato! voy a seguir cotilleando, pero antes de despedirme quería invitarte a mi baúl,por si quieres compartir algún sueño con todos los amigos de Coquette.
    te esperamos!
    hasta pronto =)

    ResponderEliminar
  25. "Lo que hacemos en vida resuena en la eternidad".

    Te saludo.

    ResponderEliminar
  26. Por un momento pensé que estabas hablando de mí. Pero no. Obviamente no amortiguaría nada con un gato. #animalrights

    ResponderEliminar
  27. Buen post para 1ero de Enero, bien Matinée, y coincido, siempre se filtra algo del autor. Besos a vos, carina

    ResponderEliminar
  28. Tal vez un poco dark para primero de enero, aunque viene bien para desintoxicarse de tanto buen deseo meloso. Ja.
    Interesantes la mezcla de citas mitologías y cinéfilas. La cultura que nos atraviesa aun en el abandono más absoluto. Muy bueno.

    ResponderEliminar
  29. EH.. QUÉ PUEDO DECIR? TE FUISTE AL PASTO MAL, EFA! JAJAJA. ME DABA MEDIO RISA, MEDIO DRAMA, MEDIO ASCO. POBRE GATO! DIOS MÍO.

    UN BESO GRANDE, http://malatendida.blogspot.com :)

    ResponderEliminar
  30. qué personaje!!!
    imaginé cada rincón de su covacha y el olor que percibiría...realmente un ser detestable!!!
    lamento que el pobre gatito haya tenido que ser su compañía...ni eso se merecía!!!
    juro que lo odié! sorry!! jjajajja
    kisses

    ResponderEliminar
  31. Me parece que dijeron casi todo, es igual al gato que imaginaba. Feliz inicio!

    ResponderEliminar
  32. Me quedo...me gusta, prosiga usted ;)
    espero q (no) le importe.
    Saludos

    ResponderEliminar
  33. éste dolió, soy masoquista, sigo con los otros dos

    ResponderEliminar