Narrativas de género, y de paso

jueves, 23 de septiembre de 2010

El hombre Menguante (o crazy feet)

El primer indicio fue la vez que dejó el hígado para pagar los zapatos de cuero marrón y hebilla; medio punto menos. Enseguida notó que los calzados que caminaba a diario le sentaban holgados, tal vez fuesen las medias. Medio punto menos, se dijo una mañana mientras lazaba los cordones de su par favorito. Es invierno, razonó, las manos se contraen, los pies también.
Una tarde, después de hacerlo con su novia, yendo desnudo al baño…Tenés patas chicas, cuánto calzás. Hizo de cuenta que no la oyó, estaba irritado, había notado lo que hasta ahora era privativo suyo, cierta rareza en el comportamiento de sus pies. ¿Qué decías? Qu…no le dio tiempo a repetir la infamia de antes, la sodomizó.
Pasaron dos semanas, justo al mes del primer indicio, advirtió espeluznado que el encogimiento era notorio, unos…, siempre había sido pésimo para la métrica, pero seguro eran unos centímetros de contorno. Buscó apaciguarse, tenía que existir alguna lógica, pero la única que vino a la memoria fue una ficción de sus años pavos, sobre un hombre que debido a una lluvia ácida o radioactiva menguaba hasta convertirse en una partícula. Buenísima literatura, lástima que no aplicaba, el del libro decrecía proporcionalmente, él, sólo los pies, al personaje lo rociaba un líquido, nada fuera de lo ordinario le había acontecido que explicase tamaña abominación.
Decidió llevar un registro. Medición1, 22 centímetros del talón hasta el pulgar, sospecho que debía rondar los 25, número de calzado 39. Nota mental, usar calcetines gruesos o algodón en la puntera.
Indagó los anales de la medicina, quizás padecía de un raro síndrome, leyó todo lo referido a enfermedades de los huesos, y lo que aprendió fue que las afecciones óseas iban a contramano de la suya, eran degeneraciones inflamativas, pero nones sobre decrecimiento de pies.
Pensó sincerarse con su novia, algo de consuelo en estas horas bajas. Pero luego se la figuró tallándole la cabeza para que fuese al médico, el sarcasmo, sus enojos femeniles, y al final el único perjudicado era él, se odió por decir eso. Faltaba a la verdad, ella iba a mostrarse receptiva, haría lo que pidiese, hasta quehaceres de maestranza, pero también era ortodoxa, jugadora by the book, una demoledora de paciencia si se lo proponía, además no pensaba discurrir lo que le quedase hasta la postración haciendo filas en hospitales para entrevistarse con dudosas eminencias.
Había otra razón que guardaba para sí, temía que lo considerasen material de laboratorio, sometido a los más vejatorios exámenes en pos de la medicina. Y así hasta morir, a causa del mal o los galenos.
Medición 4, 19 centímetros del talón al pulgar, se achicaron los dedos, ya me entra el 36 de mujer. Nota mental, el algodón se pega a las medias.
Le contó a su novia que tenía los pies enfermos y podía ser contagioso. ¿Qué clase de enfermedad? Así comienza el interrogatorio, pensó, con algo de fortuna podré meter bocado en algunos minutos. Entonces hizo algo que la enmudeció; se descalzó.
Zanjado el shock inicial, y la máscara de horror al ver sus pequeños extremos, fue bastante ligero. No insistió con ir a especialistas ni a gurúes de la fe, tampoco lo indagó sobre qué iba a hacer, simplemente cocinó milanesas con arroz y vieron tele.
Dejó el trabajo luego de la medición 7, no quería exponerse a cuestionarios, cotilleo ni chistes, y menos a la conmiseración que sentirían por él, además tenía ahorros sustanciales para capear la tempestad.
Medición 10, 16 centímetros de largo, pie de niño, los dedos se encojen más rápido que el resto, comenzaron los asuntos de equilibrio, debo adelgazar.
Aparecí yo. Me contrató para hacerle de mucamo. No ahondaré en el derrotero que me llevó hasta él, sí en su grado de trastorno. Rehuía salir a la calle, había desconectado el teléfono, no se rozaba con gente, desalineado, gritón, y al poco de mi llegada se distanció de su novia. No me participó de las razones, pero sé que la echó.
Se movía empuñando dos bastones, nada notorio comparado a las bolsas negras atadas a los tobillos, y rellenas de estopa o trapo, así amortiguaba las puntadas. Lo demás, rutinario, visitaba el almacén, cocinaba, la limpieza, y el resto vagueaba, mientras el otro elegía encerrarse en el cuarto. Salvo las ocasiones que me pedía acercase una silla y oyera su historia. Así hasta el anteúltimo día, no salió de la cama, rechazó la comida que le arrimé. Tomó sus analgésicos, bromeó que lo mataría el dolor antes que el mal, no entendí la humorada, me ordenó que limpiara los excrementos de la chata, y podía irme temprano.
La vez siguiente me echó a mí también, pagó lo que debía, agradeció lo buen oyente que fui, y me dio un cuaderno. Tenía dibujos, anotaciones en los márgenes, acertijos, algunas confesiones vergonzosas, anagramas, inventos descartados, cuentos, y ejes cartesianos. Apuré las páginas hasta la última.
Medición 19, ya no mido el avance, antes de la rodilla nos batiremos a muerte.
Extraño los dedos, el pié, la extraño.

24 comentarios:

  1. Me encanto!! mucho mucho.

    titulo sugerido: el extraño caso de pienjamin button (?)

    perdon, no puedo evitar hacer chistes.. pero este si que me parecio completito completito. nada para editar.

    gracias.

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  2. Desde que entré en la adolescencia hasta ahora, mis pies usaban zapatos del número 38. Por regla general me quedaban como un guante, perfectos. no me hacían rozaduras, no me ajustaban mucho y tampoco me quedaban demasiado holgados. De un tiempo a esta parte mis pies han cambiado. Como les ocurre a los superhéroes, de repente tienen poderes mágicos: encogen a su antojo. No es broma, me han disminuído de tamaño pero no tanto como para tener que utilizar un 2 número menos pero sí lo suficiente como para que me bailen e incluso se me salgan. Para colmo, no han disminuido los dos por igual. Al derecho, todo le queda más grande que al izquierdo, pero bastante más. Sí, sí, parece una banalidad pero voy todo el día como una patosa. Condenada a arrastrar los pies o a no correr nunca, por verguena de dejar mi zapato en mitad de la calle cual cenicienta moderna. Sólo que en vez de un príncipe buscándome para devolverme el zapatito, me arriesgo a ser pisoteado por los coches. La verdad es que ya podrían extenderse las confesiones de nuestros pies con vida propia. Yo estaría tan feliiiiz.

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  3. crazy feet...que terminó en man crazy!!
    no es para menos, qué horror!!
    a esa altura, y en una situación así, se debe extrañar todo, lo que sea!!

    me quedé pensando...en las personas que por distintas realidades, optan por aislarse y evitan compartir con otros el dolor, aún a costo de extrañarlas tanto!!
    genial tu relato!!
    kissesss

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  4. Y yo me quedé pensando en esas personas que aún teniendo los pies sanos, tienen los pasos cortos y cada vez más cortos, y más cortos, hasta que un día dejan de compartir el camino con la otra persona.

    Besosde37

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  5. me encantó el chiste de Mariann.

    todo el texto pensé que menguaba con la luna y que en algún momento iba entrar en la fase creciente. Ni me quiero imaginar la crazitud en la etapa "lleno" o "nuevo", en fin, tonteras que se me ocurren porque me gusta la luna

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  6. "Se movía empuñando dos bastones, nada notorio comparado a las bolsas negras atadas a los tobillos, y rellenas de estopa o trapo, así amortiguaba las puntadas."

    Imaginé la escena y me dió un escalofrio. Me encantó! Suponía otro final, un suicidio o eutanasia jeje!

    ¡Saludos!

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  7. Excelente Efa! Pobre tipo...
    Y lo de caminar con las bosas negras cubriendo sus pies y lo bastones, es too much! Una escena dantesca!
    Crazy feet...y pensar que estaban hos happy feet en una época!
    Te mando un beso..

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  8. Dan ganas de leer sobre deformidades

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  9. qué desesperante, cuando uno comienza a verse desaparecer... porque PASA.

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  10. Muy bueno! me hizo acordar a esa escena de El amante menguante que aparece en la película de Almodovar (Hable con ella), la viste?
    besos

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  11. hola EFA vas a publicar? y evitaré los cumplidos de siempre jajaja
    BST

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  12. No encuentro un argumento sólido para decirte que tu relato que ha llevado a Ksfka y su Metamorfosis. Tu personaje y el de Gregorio, encuentran cada vez más "dificultades" para caminar por la vida, para ponerse en pie y echar pasos hacia el horizonte. Quizás el tuyo avanza pero hacia atrás, metamorfoseándose en pies de niño que acabarán desapareciendo en la placenta del hastío y, por último en la nada.

    El surrealismo práctico de tu relato me ha cautivado. Original, puertas entreabiertas donde se vislumbran zapatos demasiado grandes para pisar huellas.
    Mi enhorabuena, Efa.
    Un abrazo.

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  13. Hola EFA, soy carina, de la vida Hace tiempo queria dejarte comentarios pero mi cuenta yahoo no me deja :-(
    Los mundos de tus cuentos son el momento de fantasía en mi dia, gracias

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  14. Gracias carina, está bueno saber q estos renglones son un momento de fantasía!
    Bienvenida
    efa

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  15. Bueno, haré un esfuerzo por no hacer chistes (de los míos, los clásicos de Magui) pero para que sepas, tampoco me sale esa cosa del halago que a muchxs les va de maravillas.
    Algunxs pierden los pies, otrxs los códigos y otrxs la paciencia... Algunxs un riñón, otrxs un pulmón y otrxs la dignidad. No sé por cuál de todos siento más pena

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  16. Magui, que raro que no te molesten los halagos que vomitan en otros blogs, y si en este :P
    Mientras seguiré leyendo la mejor narrativa que encontré en la web!
    Bs EFA, te sigo leyendo

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  17. Sandra, no me molestan los halagos... es parte de mi forma (personal) de cargarlo a Efa, quien suele aparecer con el comentario "muy buenos diálogos". Igual, haber defendido al compañero Esteban es otra de las formas de halagarlo ja!
    No se ofenda Doña, a mi no me van bien los comentarios de admiración, pero no me jode que a otros les queden de maravilla.
    Yo me luzco con los chistes enroscados.

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  18. A mi me hizo recordar al de "el tambor de hojalata".
    Vi esa película una sola vez en mi vida y no la encuentro por ningún lado!

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  19. lo que importa es la narrativa! Y esta es buena buena
    Bs efa

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  20. Efa: Muy bueno esto, cuánta imaginación!
    Beso

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  21. Ay que tétrico!
    Muy...muy....Edgar Allan Poe? O estoy flasheando???
    Fascinante!

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  22. La combinación de macabro, humor e intriga es casi irresistible!
    Mejor q suba la temperatura del blog je
    Saludos

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  23. me quedé con ganas de saber más de la novia, pero es mejor dejarlo a la imaginacion no?
    Me seguís sorprendiendo EFA
    bs

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  24. buenas, me puse a buscar en el revistero, y el título me atrapó al toque, que historia más rara, y que justo, hablando de metamorfosis... jeje

    besos y buen viernes!

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