No era experto en medicina forense, pero sin duda eso era “rigor mortis”. Calculó cuánto le quedaba hasta que se ablandara y oliese. A ojo de buen cubero unas ocho, quizás diez horas si los fluidos eran generosos. Tiempo de sobra para asearse, comer, trazar el plan y ejecutarlo.
Primero cargátelo y después descansás, habló el relator que anidaba en él.
Ya está, lo envuelvo, lo arrastro al auto, baúl, y salgo carpiendo.
Veo que ya te figuraste todo, incluso detalles como lo jodido que va a ser trasladarlo así de tieso, podés ser tan bruto, lo increpó la voz.
Odiaba ser denigrado, tanto que lo hubiera matado sin pestañear, pero para eso debía quitarse la vida.
Tenía razón, demasiado rígido para moverlo. Y en caso que pudiera, debía prever que nadie lo viese arrastrando el bulto por la escalera.
Podés trozarlo, lástima que no tenés herramientas ni heladera industrial, y eso que omití el enchastre. ¡No me dejás pensar! Te estaba ayudando, ingrato, después no vengas con el burro cansado.
Al fin solo, ahora podía lucubrar en paz, pero estaba muy nervioso; se pajeó.
Hizo una lista mental, arrojarlo por el balcón simulando un suicidio no resistiría el mínimo análisis, fingir un robo tampoco. Emparedarlo como Poe, menos. Dejarlo ahí y esfumarse lo condenaría a vivir fugitivo. Contratar un “cleaner” hubiese venido providencial, pero no conocía el teléfono de ninguno. Conservarlo en una solución de agua y formol podía cuadrar, pero ocuparía la bañadera y seguiría acarreando el dilema. Necesitaba una salida creativa, algo novedoso que le permitiera irse impune, algo que despertase bajas sospechas en caso que lo pescaran haciendo la maniobra. Se devanó los sesos, maldijo su suerte, caminó en círculos, se hizo un sándwich, lo devoró en el sillón y dormitó.
¡Despertá microbio! lo azuzó la voz, no es tiempo de sestear. Babeó, tartamudeó y apenas pudo articular… ¡te dije cien veces que no me despertaras así! ¿Así cómo? ¡A los insultos! Mientras la dama antigua dormía como un querubín, se me ocurrió una estratagema, traducido, una idea salvadora.
Discutieron largo rato sobre la originalidad del ardid, uno enfatizaba que era una burda copia, el otro que era un homenaje. Hasta que se aburrieron del antagonismo y pusieron manos a la obra.
Lo adornaron con tres accesorios, gorra, gafas oscuras y bufanda. ¿Y los zapatos? Se los sacó porque le dolían los juanetes, contestó irritado. Luego rociaron con vino, aguardaron que se disipara el vaho etílico y la relajación muscular. ¿Alguna duda? Lo de los zapatos no me resulta creíble. Nada es creíble, por eso tiene que funcionar.
De todos los percances que previeron ninguno ocurrió. La escalera estaba desierta, el hall también, y la cuadra y media hasta el auto no los cruzó con nadie.
Quería guardarlo en el baúl, la voz se opuso. Finalmente lo sentaron en el lugar del acompañante. Mientras calentaba el motor ajustó el cinturón del pasajero, no quería que una frenada lo estampase al parabrisas.
Perdernos en la noche, recitó, y puso primera.
Sabés que no es literal ¿no?
Morite.
tuvo que ser un viaje movido...y quiza lo pararan para hacerles un control de alcoholemia
ResponderEliminarsaludos
Atrapante lectura y hermoso bokeh!
ResponderEliminarSeguiré pasando por acá. Saludos!
yo tb tengo un bulto en el closet
ResponderEliminar¿está mal que yo PERIÓDICAMENTE piense cómo me desharía de un cuerpo? digo, en la vida real. cof. cof.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, las disputas con su otro yo sabiondo, el meticuloso plan, y ese viaje final un tanto tétrico.
ResponderEliminarGenial.
Un beso, gracias por pasar por mi blog =D
Muy bueno estimado, atrapante.
ResponderEliminarCada vez más cortos tus cuentos cortos, pero nunca faltarán el sesteo borgiano, el onanismo (cuando no es sexo liso y llano) y tu queísmo distintivo! Muy buena la relación con su voz interior, suma un personaje a la trama.
Y el recuerdo del querido "Bernie", claro...
suelen impresionarme las voces de mi cabeza, más las de las ajenas y sobre todo cuando encima escriben!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEse Mr. Hyde que todos llevamos por dentro -unos más sanguinarios claro está, pero siempre con esa sabiondez que tan bien lo caracteriza. Espero le hayan encontrado un bonito lugar al muertito...
ResponderEliminarPero que grato hallazgo! Una lectura precisa, inteligente, con un final abierto...o no tanto.
ResponderEliminarUn placer! Seguiré visitandote, es un blog muy atrapante..
Besos!
No sé. Me gusta mucho como escribis, ya lo dije. Pero no se si me gustó el relato.
ResponderEliminarSiento que lo hiciste de un tirón. te odio un poco por eso, yo no puedo escribir así de una. Bueno no es odio, es envidia quizas. Y aún así, pude leerlo todo, quería saber como seguia. Me dejaste pensando en si me gustó o no. Eso vale.
muero por saber los motivos y el destino del cadaver, pero es obvio que ese trabajito es nuestro.
ResponderEliminarmuy bueno, efa
te pediría que continúe
ResponderEliminares la exigencia del lector :þ
"lo envuelvo, lo arrastro al auto, baúl, y salgo carpiendo"
ResponderEliminarcarpiendo!! jaja perdón, me reí mucho
el final quedó abierto... pero YO lo subiria a un puente en panamericana...y lo tiro desde ahi...(copiando a Mac. Culkin) Ya fué, estaba borracho el pobre, y no se bancó la vida...
ResponderEliminarEstaría bueno que siga!!
stoy seguro q en unos numeros va a llegar la continuación. eh?
ResponderEliminarkill meee! jajajaja Estrepitoso EFA bst
ResponderEliminarMuy bueno, oscuro y tétrico, pero elaborado y metódico...me mantuvo atrapado hasta el ¿final?
ResponderEliminarquedé agarrada a la compu.
ResponderEliminarNo puede quedar así efa, bs
no puedo creer que en medio de la escena, se permita comer!!!
ResponderEliminarqué loco reparé solo en eso, en medio de tanto detalle macabro. pero, no entiendo cómo le dió el estómago. qué asombrosa frialdad!!
horribleeeee!!! me dá miedito!!
kissessss
Comida, onanismo y sesteo; la combinación perfecta para el hombre en apuros.
ResponderEliminarUf, es una pena que deshacerse de los cádaveres en la vida real no sea tan fácil como en las películas de Almodovar (Volver, por ejemplo)
ResponderEliminarqué buen relato! me gustó mucho lo del locutor interior
no tengo dudas que harás lugar al pedido je!
ResponderEliminarbst EFA
"Nada es creíble, por eso tiene que funcionar."
ResponderEliminar¿Y si la creo? ...correrán riesgo el relator y su casa, o ¿serían mis moléculas de miosina las próximas en rigidizar por falta de glucógeno?
Besos,
Cyn.